Yugop. Siempre Yugop.
Mi proceso anímico frente a cada nueva pieza suya suele cumplir este orden: expectación, admiración y frustración (sana, pero frustrante al fin y al cabo). Igual que en el ajedrez, que cuanto más progresas más consciente eres de la inmensidad del juego, ponerte delante de una obra de Yugo Nakamura es como enfrentarte a un Gran Maestro: cuanto mejor seas más limitado te hará sentir.
Su última obra en cuestión es FontPark 2.0 para Morisawa, una compañía japonesa con más de 80 años de antigüedad cuyo negocio gira entorno a la tipografía. Y como no podía ser de otra manera, la tipografía juega el rol principal en esta micro: a partir de un alfabeto japonés puedes arrastrar letras al escenario y hacer tus propias composiciones, dibujando caras, paisajes o lo que se te ocurra.