No recuerdo ninguna época que se hubiera escrito tanto sobre Flash. Se ha escrito a favor y en contra, se han dicho verdades y mentiras, y he leído tantos análisis sesgados y torticeros que me he sentido tentado más de una vez a escribir mi opinión a la defensiva. La cuestión es que en cuanto me alejaba un poquito del debate, y ya desde la barrera, veía tal cantidad de “salsa rosa” que pensaba que no merecía la pena hacer más grande la pelota.
Pero esta semana ha pasado algo importante que ha puesto nuevamente el tema Flash sobre la mesa, y esta vez me encuentro lo bastante sereno como para reflexionar sobre ello. Para todos los públicos :)
Empecemos por lo que ha pasado.
El anuncio de Google
Hace 3 días Google sorprendía a todo el mundo anunciando que no soportará h.264 en Chrome y que sólo tendrá en cuenta “open codecs”. A raíz de aquí, ha aparecido una cantidad abrumadora de artículos y comentarios al respecto. Los defensores alegan que esto beneficia a la web, ya que forzará que se acabe imponiendo un códec libre y abierto en Html5, y los detractores dicen directamente que Google la está rompiendo. En medio están… bueno, en medio no hay nadie.
Y aquí aparece lo incomprensible para mí: el argumento estrella para atacar a Google ha sido… ¡Flash! Los ataques versan sobre esta idea: “Google, eres hipócrita, dices que lo haces para apoyar una web abierta y soportas Flash” (añadidle todo tipo de insultos, letras mayúsculas y/o muchos signos de admiración). Lo importante aquí es que no ha sido una crítica aislada de unos pocos, sino que se ha dicho cientos de veces, y gente a la que se le supone un cierto criterio ha escrito artículos destacando con énfasis esta idea.
No es la intención de este post diseccionar la postura de Google, pero es interesante aclarar un concepto para construir luego un hilo argumental.
El tocino y la velocidad
Dar soporte a un códec de vídeo significa que dicho códec pasa a ser parte del navegador. Google sabe que si soporta h.264 éste acabará siendo el estándar de facto en Html5, mientras que si lo deja fuera juega una baza casi definitiva para que el soporte nativo de video se base en formatos abiertos.
Por contra, Flash player es un plugin. Los plugins no forman parte del navegador, y el usuario tiene total libertad para decidir si quiere tener un plugin instalado o no. Cabe recordar que los plugins forman parte de la especificación de Html5. Es tan lícito que un navegador soporte un plugin como una etiqueta h1.
Que Google no vete en su navegador un “complemento cerrado” y que sí lo haga con un “códec cerrado” (que iba camino de entrar en el corazón de Html5), no tiene nada nada que ver. Tachar a Google de hipócrita por esto me parece, como mínimo, un argumento muy débil.
Plugins, tú puedes tener el tuyo
Así pues, según las especificaciones de la w3c, Authors can create plugins. Y esto es lo que hizo Macromedia en su día con Flash Player, Apple con Quicktime, Adobe con Acrobat Reader e infinidad de compañías con sus productos.
¿Qué determina la penetración de un plugin? Sin duda la necesidad que tenga un usuario de navegar por la web utilizando ciertas características extra.
A lo largo de la última década hemos visto plugins muy exitosos como Real Player caer en picado, desaparecer algunos como Shockwave, otros que no han acabado de consolidarse como Silverlight… Y durante este mismo período hemos visto como Flash Player alcanzó una penetración casi total y se ha mantenido a lo largo de los años.
No es un tema de monopolios ni de imposición ni nada parecido. Todo lo contrario: Flash Player lleva años ofreciendo contenido diferencial y por eso se convirtió hace tiempo en uno de los plugins imprescindible en la web.
Y entonces, ¿cuál es el problema de Flash?
Más allá de la valía que ha demostrado Flash, no cabe duda que a la mínima que hay oportunidad de atacar al producto de Adobe muchísima gente se suma al carro. Como veíamos en el caso de Chrome y h.264, aunque el argumento no tiene mucho peso, el ataque está ahí. Así que… ¿por qué tanto odio? ¿cuál es el problema?
Flash ha llegado a ser demasiado popular.
Durante muchos años ha ido marcando el paso en cuanto a innovación en la web se refiere. En términos de adopción, por el camino han ido quedando shockwave, dhtml, applets, y tantos otros. Incluso a día de hoy, sigue marcando el límite de lo viable en muchos campos. Pero poner un árbol con fruta prohibida al alcance de todos siempre es peligroso…
Flash nos volvió comodones: era tan sencillo que cualquiera podía hacer una web. Y era más que una web, era un canvas en blanco que nos permitía hacer lo que nos diera la gana. Literalmente. Diseño, arquitectura, navegación… todo era libre, no había reglas. E internet comenzó a llenarse de sitios en Flash, y por cada web que justificaba su uso había cientos de atrocidades que no. Daba igual que fuera una pieza experiencial que un site para hacer reservas: usábamos Flash.
Ya hace años que mucha gente se dio cuenta y empezó a levantar la voz, pero cuando estás en la cima no se escuchan bien los gritos que vienen desde abajo. Hasta que un buen día, sin darnos cuenta, se había formado una multitud con un lema: Flash es malo.
Ni bueno ni malo ni todo lo contrario
Flash no es bueno ni malo, simplemente es una tecnología. Una tecnología increíble que durante mucho tiempo ha sido mal utilizada por mucha gente. Ahora un porcentaje x de usuarios culpan directamente a la tecnología y piensan que si la matan internet será un lugar mejor.
Si lo pensamos fríamente no tiene mucho sentido. Es como el tema de la Comic Sans. La fuente ni es buena ni mala, pero alcanzó tal popularidad de uso que acabamos odiándola. Si la utilizas la gente se ríe y te señala con el dedo, como si ya no tuviera cabida nunca más en ningún texto o diseño. ¿Qué absurdo, no?
Si no se hubiera utilizado esta tipografía de manera abusiva ahora sería una fuente graciosa en la que nadie repararía. Si no se hubiera abusado de Flash dudo mucho que hubiera esta ansiedad por eliminarlo.
Canvas, ¿el próximo enemigo?
Ok, imaginemos que matamos Flash. Muerto el perro se acabó la rabia. ¡Por fin está sólo Html5!
Pero resulta que un día entramos en una página y tarda varios minutos en cargar; y otro día se reproduce automáticamente un audio que no sabemos de donde sale; y una tarde nos encontramos con una molesta animación que no nos deja concentrarnos en la lectura; y entramos en un site que nos fríe la CPU; y descubrimos una web que tiene un montón de estados pero la url permanece invariable; y surge del infierno un site con una navegación innavegable; y las agencias de publicidad empiezan a inundar todo de odiosos banners; ¡y un día nos obligan a ver una intro!
Pero es raro, porque todo está hecho en canvas, que es parte del estándar. ¿Matamos canvas también? ¿Y si mañana surge otra tecnología que se utiliza inadecuadamente, qué haremos? Quizá el tema no pase por matar Flash y “simplemente” sea cuestión de educar a los profesionales de internet…
Flash, todavía necesario
Así que además de no matar la tecnología porque no siempre se use correctamente, hay, a mi entender, dos motivos por los que Flash es todavía necesario:
1. Por la gigantesca cantidad de contenido que existe actualmente en Internet que necesita del plugin para visualizarse.
De verdad, con el corazón en la mano, ¿alguien piensa que si suprimimos todo ese contenido la web sería mejor? ¿No perderíamos aplicaciones con muchísima utilidad? ¿No sería más aburrida sin los cientos de miles de juegos que existen? ¿No se debilitaría la capacidad de sorprender, de emocionar? ¿No echaríamos en falta otras formas de interactividad, de navegación? ¿No sería, resumiendo, un lugar bastante más gris?
2. Porque los estándares normalmente tendrán una evolución mucho más lenta que lo que puedan ofrecer empresas privadas, y es bueno también que haya hueco para la competencia, las alternativas y la innovación.
A día de hoy, hay aplicaciones tremendamente ricas basadas en Flash/Flex que sería imposible o una locura hacer en otra tecnología; lo mismo con los juegos; protocolos como RTMP levantan un muro entre lo que se puede y no hacer en la transmisión de contenido multimedia; el campo de la animación está a kilómetros de distancia; las herramientas para generar contenido reducen tiempo y costes; hay conceptos relacionados con video como grabación de webcam o fullscreen que son una realidad desde hace años en Flash y que no tienen correspondencia a día de hoy en Html; todo lo que se avecina en el campo del 3D… son tantas y tantas cosas…
Y con todo, aunque el 95% de usuarios tuviera suficiente con Html5 y no necesitara todo “lo extra” que aporta Flash, no sería suficiente motivo para quitárnoslo de encima. Debe haber cabida para todo, no podemos pensar que la web se reduce a blogs, redes sociales, webs indexables y buscadores. Si alguien quiere montar un lab experiencial tiene derecho; si un cliente quiere una pieza publicitaria no indexable tiene derecho; si un artista desea una navegación atípica para su portfolio tiene derecho.
Internet es lo que es gracias a su riqueza, no podemos ser reduccionistas.
Html5, bueno para Flash
Html5 no me parece negativo para Flash. No entiendo a los usuarios proflash que ven en frases como “Html5 es un borrador, no estará hasta el 2022”, “Html5 tendrá una guerra de códecs y dará problemas”, etc. una ventaja competitiva.
Personalmente, me encantaría que Html5 se utilizara ya de forma masiva. Va a traer cosas buenas para todos: a los usuarios por el avance y a los desarrolladores por los estándares. Y tengo la esperanza que paulatinamente Flash se vaya librando de toda esta capa de “profesionales” que utilizan la herramienta de manera incorrecta, y que realmente sólo se quede para aportar valor, para acometer aquellas tareas que los estándares no puedan realizar en un momento dado.
Quizá esto significa que en vez de 10.000 programadores flash quedemos 1.000, pero ya me está bien. Que sea bueno para Flash no implica necesariamente que deba ser bueno para Adobe. Flash está sobreutilizado, y me parece que lo más lógico es que acabe en una posición intermedia: ni en el cielo ni bajo tierra.
Creo que Html5 y Flash acabarán conviviendo sin ningún problema, cada uno con el porcentaje de protagonismo que le corresponda.
Finalizando
La gran mayoría de geeks relacionados con la web (programadores, maquetadores, generadores de opinión…) estamos perdiendo el norte. De verdad.
Desde que empezó la llamada guerra de Apple contra Adobe y luego contra Google y súmale Microsoft y réstale lo que quieras, cada vez que sale una noticia relevante (o no) sale nuestro pequeño talibán y arremete contra todo lo que puede. Perdemos horas de sueño y de salud dándonos cabezazos contra cosas que ni podemos controlar demasiado ni nos cambian tanto la vida al fin y al cabo.
Yo, como programador y entusiasta de Flash, me ha tocado vivir este lado oscuro varias veces los últimos tiempos, y al final he entendido que no vale la pena rebelarse contra todo. El tiempo pone cada cosa en su sitio, así que el futuro de Flash, de Html5, etc. lo iremos viendo sobre la marcha.
A los valientes que hayan llegado hasta aquí: sino os gusta Flash, espero que como mínimo podáis dedicarle una breve reflexión al tema con espíritu crítico pero positivo; y a los que lo usáis, únicamente puedo recomendar que os esforcéis por hacer las cosas lo mejor posible y… ¡a disfrutar! Sólo nosotros sabemos lo jodidamente divertido que es trabajar con Flash ;)
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